Resentidos e independientes

El exfuncionario de prisiones Ortega Lara. / Foto: Efe.

El exfuncionario de prisiones Ortega Lara. / Foto: Efe.

El PP ya tiene su Rosa Díez. Se trata de Ortega Lara y ha anunciado que creará un nuevo partido de ámbito nacional y de centro derecha que, por ello mismo, opta a ser alternativa en ese mismo espectro político al Partido Popular.

No nos sorprende. La tremenda crisis económica e institucional propiciará probablemente más de una aventura política basada en el oportunismo y en algún líder con carisma. A algunos se les viene viendo venir desde hace tiempo y a estas alturas son muchos los rumores que han generado figuras como Baltasar Garzón, del que no para de especularse con su reingreso en política, el cántabro Miguel Ángel Revilla o el catalán pero españolista Albert Rivera (en estos dos casos saltarían de la arena autonómica a la nacional). Pero nadie descarta que pueda surgir un proyecto más chabacano liderado por alguna lumbrera de las letras como la escritora de éxito Belén Esteban o, ya en un ámbito más peligroso, por un salvador de la patria como Mario Conde que se sacrifique para regenerar esta democracia del pelotazo y cuenta nueva.

Sin embargo, el paso ha dado de momento el exfuncionario de prisiones al que secuestró ETA, que viene rebotado con la cúpula del PP a partir de su política antiterrorista -o de su gestión del proceso de paz en Euskadi-. Vox es un partido de descontentos que, como UPyD en su día, está intentando concitar también la simpatía de algunos intelectuales para que no parezca sólo eso.

Hay cierto clamor popular que empuja a la ruptura de un bipartidismo que ha dado excesivos síntomas de agotamiento, incapacidad y sinvergonzonería. No diremos que el sentimiento resulta mayoritario, porque sigue habiendo esos muchos que pasan de la política (el «todos son iguales») y esos no menos que viven satisfechos e incluso cómodos con la situación establecida (y siguen con la confrontación maniqueísta, el «y tú más», el blanco y el negro con el azul o el rojo, el estás conmigo o contra mí). Los nuevos partidos buscan en cambio la complicidad de la cada vez más abultada corriente de opinión que reivindica que la política puede desempeñar un importante papel, pero que para ello hay que sacudirse por fin las ataduras de esta democracia de turnismo.

Preocupa por tanto que muchos ciudadanos otorguen su confianza en proyectos que nazcan prometiendo esta regeneración y que, en cambio, fracasen muy pronto por haber quedado anclados en el mero resentimiento o en el cálculo electoral, en vez de construir un programa de contenidos con el que convencer al electorado y con el que, llegado el caso, gobernar, influir o aportar algo nuevo al decrépito panorama de esta II Restauración.

Para no precipitarse, hay que esperar a conocer la propuesta de Lara y de su colega Santiago Abascal. Ojalá nos equivoquemos y no tengamos que concluir demasiado pronto que este partido sólo milita en el ‘rebotismo’.

Similar debate suscitan algunos conglomerados de agrupaciones independientes que buscan sumar esfuerzos, por ejemplo en Castilla-La Mancha. Es indudable que, como dicen, pueden conseguir algún diputado provincial o colar alguna voz en el parlamento regional, pero la cuestión principal hasta por saber si únicamente es un partido articulado por el cálculo de unos previsibles resultados o es, en realidad, un proyecto político.

No lo decimos nosotros. En sus comparecencias ante los medios de comunicación, los dirigentes del nuevo UCIN castellano-manchego han insistido en que podrían ser la tercera fuerza de la región o que sus votos dispersos al unirse en la provincia de Guadalajara les situaría por encima de IU y les haría aspirar a un Diputado por cada una de las tres zonas.

Llama la atención, en cambio, que en su presentación como alternativa pasen de puntillas por un asunto tan importante como las ideologías, los posicionamientos en asuntos clave como las políticas fiscales, sociales o medioambientales, y que apenas se anuncien como una opción «municipalista», calificativo con tan buena intención como ambigüedad.

Estos resentidos e independientes (que a menudo fueron también descontentos, expulsados y otras variantes de resentidos) buscan ahora su espacio en un tablero de juego que les deja un margen de maniobra que en otras circunstancias habría resultado imposible. Pretenden pescar en el río revuelto del bipartidismo, pero corren el riesgo de hacerlo sin aportar ningún mensaje productivo al discurso del malestar. Lo que, a la postre, les convertiría en una alternativa muy pobre. Sólo les faltaría decir que son apolíticos.

Acerca de RM1980

Rubén Madrid, periodista nacido en Madrid (1980), ejerce desde finales de los noventa. Tras sus estudios en la Complutense ha desarrollado labores de redactor en medios de Madrid, Murcia, Asturias y Guadalajara. Hasta mayo de 2012, fue jefe de la sección de Provincia en El Día de Guadalajara. En los últimos años ha colaborado en diversos medios como periodista freelance, ha recibido el Premio de Periodismo de Medio Rural de la APG y la Diputación por un reportaje en Cultura EnGuada, de la que fue fundador y colaborador habitual. Su verdadera vocación era ser dibujante de mapas. Actualmente está acabando los estudios de Sociología en la UNED. Ha recibido los premios Libertad de Expresión (2011 y 2015), Medio Ambiente Industrial (2011) y Medio Rural (2014) de la Asociación de la Prensa de Guadalajara. Ha desarrollado también labores de comunicación para festivales culturales de Guadalajara y en la Consejería de Cultura de CLM. En Twitter, @Rb_Madrid.
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